16.4.12

La lengua, un bien cultural que no debemos asesinar

Si bien es verdad que la gramática española es compleja (aunque no más que la de muchas otras lenguas, de hecho la mayoría) y que quizá nos podríamos comunicar eficientemente, no sé si más o menos, realizando una simplificación de las normas ortográficas actuales, también lo es que la necesidad de cambiar el código se desvanece si consideramos diversas cuestiones:

Debemos tener en cuenta que la lengua española se ha ido creando a lo largo de los siglos y ha sufrido muchas variaciones que se han producido espontáneamente, debido a su uso oral sobre todo. Hemos llegado a un punto (siglo XX) en que las normas son estrictas, y lo son no por gusto sino por motivaciones ‘científicas’. Una vez estudiado el recorrido de la lengua des de tiempos pasados hasta nuestro presente, los estudiosos han intentado plasmar en libros la lógica de la gramática de la lengua. Este es un trabajo que se debe tener en cuenta, así como la evolución natural del lenguaje hasta nuestros días; por lo tanto, esta es una de las razones que deben frenarnos a la hora de romper esta evolución por completo, destruir la lengua escrita para la simple comodidad del que la usa.

Cada palabra tiene una razón de existir y de escribirse tal y como se escribe, ya sea por facilitar la diferenciación, ya sea por la procedencia original de la palabra. Este es una valiosa característica que alberga cada una de las palabras y que no le debemos quitar. Cada palabra lleva debajo una historia propia, un modo de entender la historia misma de la lengua, y que al eliminarla, nos empobrecería a todos como colectivo. Como generación de paso entre nuestros abuelos y nuestros nietos, debemos tener respeto tanto a unos como otros.

También considero que a una sociedad como la nuestra, acomodada en una desesperante sencillez intelectual, basada en el pragmatismo, inactiva y destructora de valores, una de las cosas en que debe aferrarse y que debe conservar a muerte es la escritura, como modo de agarrarse al conocimiento mismo. Ya poco pensamos, solo nos faltaría eliminar este pequeño agujero de luz.  Esa posibilidad de escribir, de crear mediante la lengua, de pensar, opinar, criticar, expresar, reír y llorar, transmitir sentimientos. Hay que ser solo un poco romántico para darse cuenta que la simplificación del código escrito sería un acto que nos perjudicaría más que nos beneficiaría como comunidad y como ser pensante.

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Nick Drake - Place to be


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